Espiritualidad en el trabajo

Estaba en una convención de paz. Un viejo veterano de guerra entró y comenzó a interrumpir a la oradora con comentarios como, "Peleamos y arriesgamos nuestras vidas por personas como usted." La oradora escuchó al hombre con gran respeto y expresó sinceramente cómo ella entendió lo que él sentía. Él terminó sentado en la primera fila y escuchó tan atentamente. El respeto de la oradora cambió su actitud por completo. —CH

No le agradé a la recepcionista de mi nuevo trabajo desde el primer día. No había conocido este tipo de rechazo antes, de manera que me sentí retado a, de alguna manera, cambiar la relación. Mis estudios espirituales hablaban del ‘poder de empacar'. Revisé mis notas y me concentré en este poder durante una semana de meditaciones. Cuando llegué a la oficina al inicio de una nueva semana, me alisté. Empaqué mis prejuicios y cambié cualquier pensamiento negativo hacia ella que tuviese en mi mente, observando cómo se comportaba con otras personas que le agradaban, con quienes era muy atenta y generosa. Con esta observación, mi actitud cambió y en una semana ella también me saludaba con una sonrisa e incluso se ofreció a agregar mi nombre a la solicitud diaria de café. Hemos sido los mejores amigos desde entonces. —JY

Tuve una serie de entrevistas de trabajo este año y me estaba descorazonando con el rechazo, una y otra vez, a pesar de mi rica experiencia. Decidí asumir una visión renovada de mí mismo y reconocer mis fortalezas y debilidades, enseñándome a soltar mis propios defectos, corregirlos y continuar con el siguiente paso. Este abordaje abrió un nuevo yo que podía fluir, aceptar lo que estaba frente a mí sin hacer ningún juicio y liberarme de la ansiedad. Este proceso me hizo dar cuenta de que todo es un asunto de actitud. Conseguí un trabajo en el lapso de un mes y estoy agradecido por esta oportunidad de pulir mi carácter. —AZ

Estaba a punto de hablar en público en un país extranjero como parte de mi trabajo. En unos minutos, el público se inquietó. No estaban contentos con la traducción. Se desató todo tipo de discusiones y confusión. Sugerí que meditáramos mientras se hacían ajustes en la tecnología e, instantáneamente, se sintió un gran silencio en la multitud. Esta onda de paz calmó toda la atmósfera. La conferencia reinició y al cierre de la noche todos dijeron cuánto les había agradado el programa. —CH

En el trabajo, muchas personas vienen a mí a decirme lo que otros están haciendo mal, o incluso cosas que ellos mismos han hecho mal y de lo cual se arrepienten. He aprendido un abordaje de tres pasos para manejar estas quejas, durante un segundo reconozco su infelicidad; luego me concentro en el Alma Suprema, el Océano del Amor y fundo mi mente (incluyendo lo que se ha dicho) en ese amor. Experimento que el pasado es pasado. El recuerdo entonces se disipa. Encuentro que puedo soltar, perdonar y olvidar, incluso si alguien me ha insultado. Me concentro en todas las fortalezas y las debilidades se terminan. —SS

Soy gerente de oficina. Cuando estoy respondiendo correos, hablando por teléfono o en persona con alguien, tan pronto como eso termina, me tomo un momento en privado para meditar y experimentar la paz. Siento como fluye amor y poder a través de mí, llenando al alma con compasión y fortaleza espiritual. Luego, retorno renovado a mi día de trabajo. —SS

Durante una larga y engorrosa reunión, me preguntaba cómo podría hacer algún tipo de contribución significativa a la discusión. Pero por un momento, dejé que mis ojos recorrieran el salón y abrí mi mente a lo que más me importaba. En un instante, me sentí alcanzado por una ola de amor tan poderosa como un tsunami espiritual, mientras mis ojos simplemente descansaron sobre alguien que anteriormente parecía una persona insignificante. El dar un paso atrás en mi mente, me hizo darme cuenta de la verdadera valía de esa persona y del valor de los actos. Esta nueva perspectiva me dejó sin aliento, sin habla y asombrado. Mi práctica diaria de meditación había pavimentado el camino para una renovación de mi percepción. Luego supe que también podía involucrarme con otros en la reunión en una forma positiva. —VB

Un amigo me dijo que cuando comete un error se da mucho amor a sí mismo. Pensé que esta era una idea novedosa, ya que una de las principales fallas de mi carácter había sido tener una relación demasiado estricta conmigo mismo. Normalmente soy bastante tolerante con otros - ¡o tanto como puedo! Pero, cuando se trataba de ser tolerante, perdonarme y ser dulce conmigo mismo, era una historia diferente. Y, por supuesto, debido a esto, mi actitud y mi manera de ser crítico se cruzaban con otros de vez en cuando, sin que yo me diera cuenta. Eventualmente, vi que había malentendido la tolerancia como aguante — es decir, yo pensé, "Yo puedo soportar a esta persona o situación por algún tiempo, pero ahora no más."

Comencé a practicar el manejarme a mí mismo en una forma nueva. Cada vez que hice o dije algo erróneo y me criticaba muy duro, me iba derecho a mi lugar favorito de meditación y comenzaba a enviarme vibraciones amorosas. Y me rehusé a salir de este lugar hasta que mi energía interna no hubiese cambiado a una de comprensión, compasión o perdón, las cualidades que emergen de la tolerancia. Experimenté resultados asombrosos.

Traje más amor a mi vida y cada vez me pareció más fácil el que otros estuvieran conmigo, lo cual por supuesto atrajo a mi vida el apoyo de muchas personas interesantes. La verdadera tolerancia no tiene límites; es una forma de vida que comienza con un profundo aprecio y amor por uno mismo. —SO

La perspectiva espiritual es la columna vertebral de mi trabajo. Siento que me da mucha fuerza interior para poder ser capaz de manejar personas y situaciones difíciles. Sin la meditación, no podría ni siquiera manejar mis propios problemas y nunca podría haber afrontado ser un abogado. Ahora soy capaz de asumir la responsabilidad de ayudar a las personas a encontrar soluciones a sus problemas. Aunque me tomó tiempo, este cambio y empoderamiento se produjo en mí debido a la meditación.

La meditación hace que mi mente y mi pensamiento sean muy claros. Solía sentirme cargado creyendo que tenía que hacerlo todo por un cliente. Hoy en día, tengo muy claro de mi rol y también la responsabilidad de la persona que viene en busca de asesoría. Incluso si ellos tratan de poner todo el problema encima de mí, sé que con frecuencia asumiendo los asuntos de otro los desempoderará aún más. En lugar de eso, me concentro en animar a las personas a asumir sus responsabilidades y a guiarlas en cómo usar los procesos legales para avanzar hacia el resultado que sienten es el mejor para ellos. —DH

Hace algunos años bebiendo una taza de té, un amigo compartió un pensamiento, "Lo que va a ocurrir, ahora está ocurriendo." Sus palabras me sorprendieron en ese momento y se sentían raras. Pero él me animó a que experimentara con este pensamiento, ya que estaba pasando por momentos difíciles en mi vida, como cuando mi hermano murió en un accidente industrial. La frase me llenó con un nuevo entendimiento y me ha ayudado a responder a situaciones que golpean duro, con más paz y tolerancia y con un profundo sentimiento de aceptación.

Cuando mantengo esta frase en mi mente, no uso energía para luchar contra la situación. Recuerdo que puede que no sea capaz de ver la razón, pero cada situación ocurre por una razón. Cuando lo acepto, puedo invertir mi energía en seguir adelante y dejar que la solución emerja. —TW 

Estaba estresada por la mudanza a una nueva oficina. Demasiadas cosas parecían depender de mí y no estaba segura de que las manejaría de la mejor manera posible. Como resultado, la tensión y las dudas se estaban arrastrando hacia mi mente, haciendo que las cosas fueran más difíciles. Decía cosas de las que me arrepentía. Mis decisiones eran inconstantes y usualmente cambiaba de opinión varias veces.

Así que reflexioné y me di cuenta de que necesitaba estar en un espacio mental diferente. Resolví que tenía el derecho y el deber de estar en silencio en momentos como este. Así que simplemente entré profundo en el silencio hasta que sentí que la libertad era mi amiga; aprendí a usar esta pausa, este ritmo calmado y a saber que es simplemente una cuestión de actitud a un paso de distancia, siempre a un paso de distancia. Paso a paso, el equipo y yo manejamos la reubicación de la oficina y establecimos nuestra rutina. —VB

Todo se veía y sentía oscuro. No quería tolerar el mal humor y la injusticia de George, un colega de trabajo. Él era constantemente desagradable con todo el personal. Y sus palabras herían internamente. Tomé un momento para sentarme, dirigí mi mente y atención a la dulce presencia del Único, preguntándome qué consejo funcionaría para mí. Solo estando en presencia de esta vibración hermosa, cálida y pura, podía ver que mi reacción de poca importancia estaba bajo mi control. Elegí un nuevo esquema mental lleno con amor y encontré que era capaz de continuar trabajando sin ser atraído por su negatividad. —VB

Levanté el teléfono a mi oído y escuché, "¿Puedes venir? Se me ha volcado el camión" Me atrapé a mí mismo intentando decir, "¡Qué estupidez… descuido… típico!" me detuve. No quería verbalizar de esa manera. Podía fácilmente haber reaccionado como lo había hecho tantas veces antes. Esta vez cambié mi respuesta y repliqué, "¿Estás bien? Sé lo fácilmente que eso puede ocurrir y sé cómo arreglarlo. Voy para allá." La crítica hiere en lo profundo, especialmente cuando sabemos que hemos cometido un error. Una cucharada de azúcar ayuda a que la medicina se trague, incluyendo aprender una dura lección. —DS

Trabajo con familias que envían a mí para que les ayude con sus habilidades de crianza. Estos padres son enviados por los servicios de protección infantil, escuelas u otros profesionales, de manera que este no es un apoyo que están buscando voluntariamente. Como trabajadora social, me aboco a que estos padres no se sientan juzgados, de manera que se vuelven menos defensivos y pueden aceptar e incluso admitir, que ellos sí necesitan apoyo. Encuentro que mi perspectiva espiritual de compasión, entregada con una actitud amorosa, abre un espacio de comunicación y me orienta a encontrar las mejores palabras. Mi meditación diaria mejora mi habilidad de encontrar este equilibrio entre amor y ley, amabilidad y disciplina, perdonar y soltar. Lo llamo amor consciente de alma. —RS

John vino a mi despacho. Él necesitaba, en dos horas, un maestro sustituto para el entrenamiento después de clases, ya que el entrenador había faltado por enfermedad. Sabía que yo estaba libre y podía ayudar, pero había resistencia en mi corazón. Sentía que ahora mismo no estaba llena con ningún espíritu de cooperación y estaba buscando una excusa. Luego recordé mi apuro la semana pasada – una llanta pinchada en la carretera – y el valiente chófer que se detuvo para asistirme. Este rápido recordatorio reseteó mi esquema de pensamiento y encontré un camino sin resistencia y dije calurosamente, "Sí, yo puedo hacerlo." La verdadera cooperación viene cuando no hay resistencia, no desear algo diferente en ninguna forma, cuando estoy feliz de ayudar en cualquier forma que me sea posible, sin importar qué. Me alegro de haber encontrado ese espacio. —DS